Un día como hoy, en 1923, nace Ramón Valdés, más conocido como “Don Ramón”. Ramón Valdés, cuyo nombre completo era Ramón Antonio Esteban Gómez Valdés y Castillo, se convirtió en uno de los actores y comediantes más queridos de México, especialmente por su icónico papel en la serie “El Chavo del Ocho”. Este personaje, con su gorra desgastada y su constante lucha por pagar la renta, se grabó en la memoria colectiva de millones de personas en toda América Latina.
Ramón Valdés nació en Ciudad de México en una familia que estaba profundamente conectada con el mundo del espectáculo. Era hermano de otros famosos comediantes como Germán Valdés “Tin Tan” y Manuel “El Loco” Valdés, lo que demuestra que el talento corría en la familia. A lo largo de su carrera, Ramón Valdés trabajó en una variedad de películas y programas de televisión, pero fue su colaboración con Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” lo que lo catapultó a la fama internacional.
Aunque es mejor conocido por su papel en “El Chavo del Ocho”, Valdés también tuvo una extensa carrera en el cine mexicano durante las décadas de 1950 y 1960, participando en más de 50 películas. Sin embargo, su legado perdura principalmente por su habilidad para hacer reír a través de la televisión, donde su estilo de comedia natural y espontáneo lo convirtió en un ícono.
Valdés dejó “El Chavo del Ocho” en 1979, pero su ausencia solo aumentó la admiración de sus seguidores, quienes siempre recordaron con cariño a “Don Ramón”. En sus últimos años, a pesar de luchar contra el cáncer, continuó trabajando hasta su muerte en 1988. A través de los años, su personaje ha trascendido generaciones, manteniéndose vigente y querido en la cultura popular.
Su influencia se extiende más allá de la comedia, ya que Ramón Valdés es visto como un símbolo de la autenticidad y la humildad, características que lo hicieron destacar en un mundo donde la fama muchas veces desvirtúa la verdadera esencia de los artistas. Su legado, inmortalizado en la pantalla, sigue siendo un referente del humor mexicano y un recordatorio de la importancia de mantenerse fiel a uno mismo.
