NO SE TRATA DE VER PARA CREER,
SINO DE CREER PARA VER.
Leticia Galván Peña
Viajando a Quintana Roo y Yucatán con motivo de visitar a mi hija Vera y a mi yerno, Alejandro. Ellos me invitaron a Izamal, a conocer su impresionante convento del siglo XVI, y varias pirámides que aún se conservan a su alrededor. Ciudad pintada toda de amarillo, románticas calandrias, tradicional gastronomía yucateca deliciosa, y minuciosas y hermosas artesanías.
Peter Terrin un famoso pintor belga amigo de Alejandro mi yerno, radicado en Playa del Carmen, al saber que visitaríamos Izamal, nos sugirió conocer la Hacienda Sak Nikte. No podía creer lo que escuchaban mis oídos, existía en verdad una Hacienda Sak Nickte.
Le comenté a Peter, que había escrito un cuento sobre una ex hacienda llamada Sak Nikte y un niño llamado Gervasio, creación literaria. Me emocioné mucho y ¡claro! tenía que conocerla, era increíble, inimaginable para mí. Al día siguiente tomamos la carretera a Playa del Carmen, Tulum, Valladolid Yucatán, nos encaminamos por la vía de cuota a Mérida y antes de llegar a esta ciudad nos desviamos hacia la gran ciudad de Izamal, ya estando en esta ciudad y a dos kilómetros por la carretera rumbo a Tekal de Venegas, se ubica la ex hacienda, ahora convertida en un precioso Hotel Boutique. Reconstruida, remodelada, decorada con el más exquisito gusto. Finos sus muebles y detalles, además las paredes lucen grandiosas pinturas originales de nuestro amigo Peter Terrin. Dos de tres áreas están al servicio de los huéspedes, la tercera área semidestruida aún sigue intacta, paciente espera el momento de su reconstrucción. Para integrarse a este esplendoroso lugar.
Posee confortables habitaciones cada una con exclusiva decoración temática, que representa el cosmos de los mayas en esta área selvática. Una alberca de aguas nítidas rodeada de paradisiacos jardines; donde danza el espíritu de mi niño Gervasio, el protagonista del cuento que surgió de mi fantasía.
La Hacienda tan real que no lo podía creer. De mi creación literaria había surgido un cuento y en la realidad existía el motivo de mi inspiración, una vetusta ex hacienda maya. Gracias a sus nuevos dueños, le habían dado una nueva oportunidad de renacer con su magnífica belleza su paz, su tranquilidad. La recorrí y no dudo que me hayan acompañado muchos espíritus que a través de las coincidencias y sincronías me hayan llevado a ese maravilloso lugar. ¿Son los sueños en donde el inconsciente colectivo se comunica? ¿Existe realmente un “hilo de plata” que nos une con espíritus muy especiales que nos guían a lugares y momentos exquisitos? ¿Fue la magia ancestral de los mayas? No lo sé. Solo sé que fue una de las experiencias más maravillosas de mi vida.
